Sigo rescatando posts antiguos. Es el turno de The Ledbury, reciéntemente nombrado de nuevo mejor restaurante de Reino Unido y galardonado con la tercera estrella Michelín. 

The Ledbury se encuentra en el oeste de Londres, cerca de Nothing Hill y las paradas de tube más cercanas son Nothing Hill Gate y Westbourne Park. Fue el primer restaurante con estrella Michelin que visité en Londres en 2011, en plena temporada de caza.

En aquel entonces tenía dos estrellas y fui a hacer un menú corto de mediodía que terminó en homenaje ya que añadieron más platos al menú. La posibilidad de poder acceder a menús cortos en grandes restaurantes (tanto hace años cuando vivía en Londres como en la actualidad) es sin duda una gran ventaja si no te apetece el menú largo y mucho más accesible para el bolsillo.

Recuerdo el menú tenía dos entrantes, dos principales y dos postres a elegir y el por entonces maitre nos ofreció reducir las raciones y así probar todas las opciones. Esto forma parte del gran servicio que siempre ha caracterizado a The Ledbury.

Cuando era jóven y flipado:

El primer plato que llegó fue uno de los clásicos de la casa, la caballa asada a la llama. Este, junto con la ensalada de tomates o la de cangrejo y aceite de wakame son platos que están en la carta y en el menú siempre, quizás cambiando algún componente, pero igual. Son platos que les funcionan y la gente los pide, no veo por qué se han de cambiar.

Los entrantes a elegir en el set lunch eran este o el plato de codorniz, pero puesto que nos habian apañado el menú degustación, nos sirvieron primero el plato de pescado. El entrante que veis arriba es genial, es una combinación que ya había probado y funciona, la anguila ahumada con el dulzor de la remolacha, la acidez de la manzana para limpiar la boca y el crujiente de pan de cereales y olivas negras que aportan amargor también. Todo en conjunto funciona. El plato de pescado era bacalao con coliflor, otra combinación más que perfecta (quién no se le viene a la cabeza un arroz de cuaresma?), sobre el bacalao iba una fina capa de gelatina de un consomé de pescado que le realzaba mucho el sabor, la base un puré de coliflor, migas crujientes y una fina lámina de coliflor cruda. La presentación de los platos está muy currada.

A continuación llegó la carne, el entrante de codorniz que nos sirvieron después del pescado. La foto no le hace justicia porque el crujiente de cavolo nero (col crespa) tapaba una pechuga de codorniz muy tierna (róner) sobre un puré de castañas y foie gras. Como se nota que es temporada de castañas, todos los restaurantes de Londres tienen en el menú!. Y después llegó el plato ganador, la costilla baja de ternera breseada, melosa y pegajosa como una carrillera, con tuétano ahumado, puré de rábano y ajo (blanco y verde respectivamente), apio bola y esa especie de patatas Anna, en fila y crujientes. Detrás de este plato hay muuucho trabajo y el resultado es perfecto, todos y cada uno de los detalles.

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Y llegaron los postres, como pre-postre un granizado de cítricos, con fruta de la pasión y merengue; del segundo postre no recuerdo bien todos los componentes (culpa mía), el helado recordaba al sabor de la algarroba, un coulis de frutos rojos con aceite de oliva y una compota de kiwi, con eneldo. Este plato se acompañaba de unos pequeños buñuelos rellenos de coulis de frambuesa (calientes). Y el tercer postre, otro complemento de la casa, una tarta de azúcar moreno con helado de jengibre.

En definitiva es una visita obligada. Por cierto de vino tomamos un Laderas de Montejurra, que gusto tener referencias españolas en tantos sitios. 

The Ledbury | Web